Hay un recuerdo de amor fraternal que no sé porqué se grabó tan detallada y permanentemente en mi memoria. Hace 2 o 3 años, C me encontró en las últimas, llorando a moco tendido en mi cuarto (luz apagada) por motivos que no le quise revelar. Poco importó, no hizo falta que se lo diga, “me sacó la ficha” de inmediato y en un viaje en auto al videoclub (10 cuadras) me explicó que yo tenía que erradicar la noción de amor que tenía instaurada en mi cabeza arruinada después de una década y media de comedias románticas, que ese chico no iba a estar esperándome con un ramo de flores en la puerta de mi casa cuando yo volviera del colegio, ni declararme su amor incondicional en una carta corrugada por llanto inspiracional. Que esas cosas no pasan a los 16 (ni a ninguna otra edad), que tenía que just get over it y dejar de esperar esos imposibles y desilusionarme cada vez que no se concretaban. Fue un episodio igual (o más) de violento (y en el fondo, amoroso) que el día que me dijo (con una mezcla de sabiduría legendaria, maldad y vanidad de hermana mayor) que no existía Papá Noel, ni los Reyes Magos, ni el Ratón Perez, ni el Conejo de Pascua, ni ninguna otra figura de la mitología infantil. Sí, los mató a todos juntos, de una y sin epidural.
miércoles, 24 de marzo de 2010
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2 comentarios:
I'm the luckiest girl on the upper east side (she sings to the rythm of magnetic fields), for having such a cool & fun sister like you!!
Te tendría que haber dicho todo junto, igual you were way too young para cualquiera de esas verdades, creo que tenias 4 or so. I´m sorry. I still think both things were kind of a favour though
Che, che che. El conejo de pascuas SI existe! Y encima es negrito divino.
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