sábado, 19 de diciembre de 2009

Untitled 1

Clasificados / Rubro 59B:
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- Compañero de películas de terror
- Compañera de manicuría/pedicuría

lunes, 14 de diciembre de 2009

And your shoes don't fit

Un ex novio de mi hermana una vez dijo que cuando se tiene bajo el autoestima, la solución es salir a caminar. No para quemar calorías o producir endorfinas (esos son efectos colaterales hermosos que no se le niegan a nadie, nunca), sino para realizar un ejercicio de perspectiva y autovaloración. El procedimiento es así: mientras caminás, mirá a tu alrededor, mirá a la gente y pensá por quién de ellos te cambiarías. ¿Quién (de los transeúntes) te gustaría ser si no fueras vos? A los pocos metros recorridos, vas a notar que no son tantos, de hecho, son pocos o ninguno. Hoy lo intenté, caminé tres cuadras (cerca de mi casa, o sea que el experimento tuvo lugar bajo condiciones controladas y constantes, en un entorno familiar) y el resultado fue 0. Y no quiero ser engreída ni mucho menos, solo me puse contenta con los resultados.
Igualmente, quiero destacar dos cosas sobre el experimento:
a) No sólo abarca el aspecto físico o estético, se puede aplicar con el criterio que uno desee; si otro caminante emana felicidad y esto es algo careciente en su vida, entonces probablemente desearía cambiarse por él. (Otros criterios frecuentemente considerados son: estatura, pelo, orejas (chicas, menos sobresalientes [“pantallita, dumbo”]), indumentaria, etc)
b) Pocas horas después de su realización, en mi caso, tuvo una contracara interesante: Salí a comer y, a tan sólo unos metros, encontré como 6 individuos (femeninos, altos, esbeltos y superproducidos) por los que me cambiaria, aunque sea por unas horas. Cabe agregar que esto sucedía mientras yo comía, ellas fumaban y sus tacos (como si fueran necesarios!) estaban tête-à-tête con mi ombligo.