miércoles, 10 de septiembre de 2008

Meet Esther

Tengo ganas de ir a andar en bici con Esther. Esther es mi mejor amiga, hacemos todo juntas: andamos en bici, almorzamos todos los días, salimos los fines de semana, nos vamos de viaje, paseamos… todo, eh. Esther me cuenta sus cosas y yo a ella, nos damos consejos y nos justificamos mutuamente cuando es necesario, y cuadno no… también. Con Esther recorrimos Uruguay, Rusia, la Florida, Alegre y todo Beunos Aires. Somos adictas a la Guía T y al té también. Hay más fotos de Esther y yo que de Paris Hilton haciendo la gran… bueno, la gran “Paris Hilton”. Esther y yo apodamos a toda la gente que nos rodea, sobre todo a los chicos, pero si se entera que les estoy contando esto me mata, asi que shh! Esther dice que está en una nueva etapa y que no le importa nada. Pero también dice que ni loca le dice nada a ese chico. ¿Sabían que Esther estuvo bastante enferma hace poco y cuando volvió al colegio la trataban como si fuera la peste? Pero yo no, jamás! Porque la quiero igual, con estreptococo o sin... aparte, entre nos, yo ya tuve eso (pero es mas por lo otro que por eso, eh...) Esther me trajo una mini tetera de un viaje, que es tan tan mini que solo me sirve para tomar una taza, será una indirecta de que tomo mucho té? Es cancerígeno? Hoy con Esther estuvimos hablando sobre las cosas cancerígenas de la vida, es decir, casi todo menos… los novios, que si no causan melanomas pegan en el poste. Y bueno, llegamos a la conclusión de que si no te moris de eso te moris de otra cosa, asi que esta todo bien. Dentro de unos días nos vamos de viaje con Esther, pero antes tenemos que terminar con la tortura. Y sí, Esther y yo compartimos todo: lo bueno y lo malo, y eso es lo fantástico de tener a Esther.

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