¡Que frio, que frio, que frío! Por favor que empiece a salir caliente. ¿Qué porcentaje de mi cuerpo esta mojado? ¿Y las orejas? ¿Y los dientes? ¿Y el hueso redondo del pie? ¿Llueve afuera? Qué mentiroso el ruido de la ducha, me engaña y me hace pensar que llueve. Afuera. Quizás llueve, no sé. Qué cosa los paraguas, todos tenemos, pero sólo necesitamos uno. ¿Dónde se compran los paraguas? Aparte de los semáforos digo, y eso no pasa en todos los países. Qué suerte tenemos de vivir en una ciudad del “tercer mundo”, cuando llueve te venden el paraguas en la calle, ni siquiera tenes que desviarte. No entiendo lo del tercer mundo, hay primer mundo y tercer mundo, y el segundo? Nadie vive ahí? ¿O viven solo los personajes de los libros y las películas? ¿Cuál es la potencia del segundo mundo? ¿Tom Sawyer, Sherlock Holmes o James Bond? ¿Ya me puse el shampoo, no? No me acuerdo, bueno me pongo de nuevo. Me voy a quedar pelada. ¿Cuánta gente en el mundo se estará bañando ahora? Qué loco eso no? Somos tantos tantos tantos tantos que siempre que estemos haciendo algo y nos sintamos los únicos, en realidad tenemos que pensar que no somos pioneros en eso, ni en la incursión a la ducha el domingo a la noche o el experimento culinario de comer papas fritas con helado. No somos únicos en casi nada, explotemos lo que sí es. Terminé, estoy limpia, ahora hay que empezar todo de nuevo. Let’s get dirty.
lunes, 1 de septiembre de 2008
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