martes, 16 de febrero de 2010

Seriously... signs?

Cuando era (más) chica, hace unos 8 años ponele, una de mis películas favoritas era “Un impulsivo y loco amor” (Fools rush in). Claramente, ya no. Me copaba, no sé porque… si era por la presencia de Chandler haciendo de no-Chandler o si era que Salma Hayek (en ese momento) me parecía linda y supongo que eso me generaba cierto orgullo latino (¿?). La película es una típica comedia romántica (eufemismo para chick-flick) en la cual Chandler (el nombre del personaje es irrelevante) es acosado por señales que lo llevan a ella (Salmita querida). Whatever.
Yo entiendo que es una idea genial para la trama y los símbolos que eligieron son cosas súper representativas de ella… como el Gran Cañón y no sé qué otra cosa, probablemente 2 o 3 elementos caricaturescos de la cultura mexicana. Ahora, hablando en serio…. The world is not full of signs ni te esta guiando a ningún puente de postal para que te reencuentres con tu media naranja (don’t even get me started sobre esa expresión. Odio las naranjas y, para colmo de males, con ½ no haces ni 10 ml de jugo).
Lo que pasa es que el micromundito que rodea nuestros (no los de Cupido, Dios, o cualquier otra deidad a la que le adjudicamos omnipotencia o, como mínimo, el poder necesario para sincronizar y coordinar la realidad para fusionar todas las fuerzas del universo y que justo encontremos una papa frita idéntica a la que él [figura antagónica de cualquier narración pseudo romántica] comía mientras veían la película que ahora mágicamente nos persigue a cada dvd club del conurbano. No, no hay escapatoria, la vas a ver, aunque te vayas a la sección de recitales en vivo o films independientes orientales.) ojos y sistema nervioso está poblado únicamente por imágenes que buscan duplicados en la realidad externa, la de verdad.
Yo no sé for a fact si eso es lo que pasa a nivel fisiológico, pero para mí es asi; eso es una verdad científica as far as my sometimes-narrow mind goes.
Teniendo en cuenta lo susodicho (big word), considero que la solución, expresada en método científico, es:
1) Cut the crap
2) Cerrar los ojos, la persiana, la cortina… lo que haga falta.
3) Hacer oídos sordos al ruido melancólico (ya sean baladas o rock pesado [eufemismo para “vocalistas masculinos enojados gritando"]) que interfiera.
4) Pensar clara y objetivamente (if possible) en lo que realmente está pasando, en lo que hay abajo de todo el papel de regalo de San Valentín.

1 comentario:

CV dijo...

Creo que a mi me sigue gustando la película y creo, también, que es por el nombre en castellano "Un impulsivo y loco amor", quién no quiere uno de esos?
Ahora lo que nunca me gustó es Salma Hayek. Me cae bien y todo pero nunca me pareció linda ni me dio "orgullo latino" (dicho orguio, obvio)