La serie de libros infantiles “Little Miss” (y Mr. Men) me copa, siempre me copó, pero mal eh. Me vuelven loca, me vuelan el mate (si esa palabra estuviera en mi vocabulario y/o dieta), me excitan, me-- I got a little carried away. Es que me parece genial la caracterización- son unos blobs totalmente non-descript (mi más reciente descubrimiento worthy of fanatism, Barbapapa, merece otro entry all-together, es una locura). Volviendo a mis amigos, el clan Little… son tan the potato, tan incondicionales, tan time-less: están siempre, siempre (no matter the mood, state of mind or clothes I’m in) me voy a sentir identificada con alguno de ellos…
Tengo mis días (pff, días? momentos, a lo suuumo, ratos) de Little Miss Sunshine, como las tardes de sábado que parezco salida de la propaganda de Exquisita, extasiada, hiperactiva y desesperada por llenar cada waking minute con “super duper fun activities” (y eso que las colonias were never my thing). No resulta fácil, teniendo en cuenta que I’ve outgrown peloteros y el Museo de los Niños, no tanto por la edad (mucho menos por haber alcanzado la estatura máxima… clearly not the case), sino por aburrimiento o reiteración. Sunshine también puede aparecer algún que otro jueves a la tarde o 25 de diciembre a la mañana (no por la apertura de regalos -eso me dura de 00:00hs a 00:04 hs de la noche anterior- sino por la mágica sensación de “it’s over and i’m still alive [y con 2 o 3 nuevas pertenencias de mi agrado… en el mejor de los casos]).
También me agarran los clásicos ataques de Little Miss Neat/Little Miss Tidy en los que todo podría estar más ordenado/mejor organizado/más limpio de lo que está. Este doppelgänger suele venir acompañado de Little Miss Bossy, si alguien se atreve a aparecer en medio del tornado de limpieza.
Por último, las dos facetas más frecuentes, que suelen darse en simultáneo: Little Miss Giggles y Little Miss Chatterbox (no voy a mentir, Little Miss Trouble y Little Miss Late también son rather common). A veces me traen problemas o enemigos (see if i care), pero I just cant help myself si todo me parece digno de cháchara o risa incontrolable- (la gran mayoría de) la gente realmente es poco seria estos días.
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