jueves, 1 de abril de 2010

Capítulo 3

(...) Me dormí sin darme cuenta; me había metido en la cama -pijama y todo- y me puse a leer un libro nuevo (se llama Little Birds, y aunque mi hermana me dijo que era medio porno, prometía). Son cuentos cortos, así que leí el primero entero, no me gustó, lo cerré, y en algún momento entre eso y que me desperté totalmente sobresaltada por la (ruidosa) presencia de C, se ve que me entregué al poder de las almohadas de cadena hotelera. Me desperté -totalmente zombi- y, con la ayuda de C, pedí que me preparen comida en un lugar re wow (como dirían V & friends [10 años]) y me “vestí” para irla a buscar. C tenía una cita a la noche y como yo iba a tener que comer sola, preferí que mi soledad se desenvolviera puertas adentro (es decir, en un cuarto de hotel, as puertas adentro as it gets).
Recogí mi take-away (exquisito, mucho jamón serrano = jamon crú, mucho brie y mucha mucha magia = calorías = bad bad bad = anticristo = el regalo de Dios a mis glúteos à no me regales nada más sin previa consulta, Diosi, porfi. Gracias), un poco creyéndomela, jurando que no era para mi soirée Bridget Jones, sino para compartir con un novio imaginario (bastante malcriado, pero que valía el esfuerzo) que me esperaba en casa (un departamento madrileño cuyos medios de financiación desconocemos). Volví al hotel y a la realidad, comí “viendo” un partido de futbol (la calidad de la oferta televisiva local es paupérrima, ampliaremos) del Atlético … vs. Valencia o algo así, me preparé frutillas de postre (incluye enjuague en el vanitory) y me di un baño de inversion (invertí en mi belleza y salud mental). Ahora veo Buffy la cashavampirosh porque por fín temrinó Smallville (en Buenos Aires me preguntaba, cuando pasaban las publicidades de la susodicha, si había algo peor que Smallville... y acá encontré la respuesta: sí, existe, Smallville doblado al eshpañol).
Me acabo de tomar un Tylenol PM para prolongar mi cura de sueño, aunque todavía no sé muy bien de qué me estoy curando, pero seguramente hay algo. El espectro de posibilidades es tan amplio: desde jetlag hasta mal de amores, pasando por sed crónica y resequedad de piel. 
En breve pienso retomar la ejecución de mi plan llamado (provisoriamente) "sola en un cuarto de hotel: una experiencia hermosa y mejorada aún más por el poder de los psicofármacos, la espuma de baño, el comfort inigualable de la joggineta, la vida social de mi hermana y la tecnología innovadora de las mascaras faciales con forma de hoja y aroma forestal". Estamos trabajando en el título, mucho brainstorming, mucho focus group. Ay, si las partes de brain y focus no estuvieran tan comprometidas…

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