Buenas, malas, feas, felices, tristes… pero siempre inesperadas. Entonces por qué siempre estamos esperando algo? Vivamos felices (o por lo menos… bien, no te digo regio, chiche bombón porque tampoco, pero bien, decentemente) y dejemos de esperar que lleguen sorpresas fantásticas cada 2x3.
domingo, 26 de octubre de 2008
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